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No es el tiempo como debemos medir el éxito, sino el esfuerzo

Malcolm Gladwell en su libro ‘Outliers’ hace referencia a su ahora famosa regla de las 10,000 horas en la que cualquier persona con cierto talento (según Gladwell) podría alcanzar un nivel profesional en cualquier campo en el que él o ella elija pasar esas 10,000 horas de práctica deliberada. Algo sobre lo que el autor Anders Ericsson también ha publicado extensamente.


Desde que leí sobre Gladwell, hace ya cinco años, al empezar la carrera, su trabajo ha estado muy presente a la hora de tomar decisiones en lo que se refiere a mi desarrollo personal, especialmente como batería y músico. Cada vez que planeaba mi semana tenía cuidado de llenar cada hora pensando que el TIEMPO que le dedique se traduciría como éxito en la vida. Y sí, he empleado mucho tiempo, la mayoría de él en los últimos 5 años, en mejorar la calidad de mi trabajo, directa o indirectamente (Prácticas de banda, grabaciones, libros y periódicos). El hecho es que he usado el tiempo como la métrica para juzgar si lo estaba haciendo bien o mal. No os equivoquéis, cualquiera necesita dedicar mucho tiempo para convertirse en un experto en lo que decida hacer, pero aquí es donde viene la parte "deliberada" del término "práctica deliberada" .



Últimamente me siento frustrado y estancado en mi nivel de batería, ya que no veo una correlación clara entre el tiempo reservado en mi calendario y el progreso tangible que hago (palabras pensadas, una y otra vez). Así que un día volviendo a casa, iba hablando conmigo mismo como acostumbro, y pensando en cómo sería la vida en 1, 3, 5 ó 10 años si seguía haciendo lo que estoy haciendo actualmente. Y a la conclusión que llegué me hizo parar a pensar:

No es el tiempo que dedico, si no el esfuerzo, lo que dictará mi éxito futuro.


Me sentí algo decepcionado al darme cuenta de ello, y un poco tonto poe todas las veces que he priorizado el tiempo que dedico a una tarea, en vez de analizar el resultado del tiempo que he empleado. Sin embargo, creo que ahora me es más sencillo conseguir una mayor claridad mental a través del siguiente proceso:


1. Priorizar tus tareas

Al principio del día, o antes de comenzar cualquier sesión de práctica, fijate en todo lo que necesita hacerse, derivado claro está de tus objetivos a corto, medio y largo plazo: ¿Qué es lo primero que tienes que quitarte de en medio? ¿Qué es lo que tienes que hacer que, incluso si fuese lo único que hicieses, estarías contento con el progreso que has hecho? Haz eso primero. Lo más importante y y más urgente. Entonces lista lo demás en orden. Siéntete libre de añadir tareas deseables por si te encuentras extra productivo, pero siendo consciente de tus capacidades y conociendo cuanto esfuerzo necesitas para terminar la tarea principal es clave aquí, así que estate abierto a esto

2. Pregúntate "¿Qué es lo que necesito hacer?" y utiliza "SMART goals".

Ahora tienes lo que necesitas hacer delante de tí. Lo siguiente es tener claro cual es el resultado objetivo de cada ejercicio. ¿Qué quieres que salga de aquí? ¿Qué quieres poder hacer que una hora antes no podías? Con esta manera de pensar, lo que haces es fijarte en el recorrido, no en el tiempo que tardas. Si tu objetivo es poder hoy hacer paradiddles en semicorcheas en el pad a 180bpm, tu objetivo sería SMART, que derivado de las siglas en inglés, se trataría de una meta específica (S de Specific), medible (M de Measurable), factible (A de Achievable), relevante (R de relevant) y basada en un momento temporal, con una fecha concreta y no para "algún día" (T de Time-bound). De este modo, recibirás "feedback" inmediato mientras progresas, porque tienes algo a lo que compararlo, porque es específico (paradiddles en el pad a x velocidad), medible (180bpm), es factible si por ejemplo ayer eras capaz de hacerlo a 175bpm, es relevante si está dentro de lo que tú quieres conseguir a medio/largo plazo en la batería, y por supuesto temporal: para hoy.


3. Programa tu tiempo de manera correspondiente

En este mundo actual, más a menudo de lo que nos gustaría, necesitamos planear nuestro tiempo para completar una tarea, tenemos plazos que cumplir y otras tareas que hacer, así que es probablemente necesario ajustar nuestra tarea para que quepa en nuestro tiempo disponible para practicar. Aquí es cuando las metas y nuestra consciencia se unen, pero siempre siendo realista y manteniéndose abierto a cambios. Si tienes cinco minutos o cinco horas, es igualmente importante marcarte unas pautas, unos objetivos a conseguir, y un material preparado. Si lo terminas antes de tiempo, o si te quedas corto tampoco hay ningún problema, todos tenemos días más productivos o menos, pero si lo basamos en el esfuerzo y en objetivos claros, antes que en "tengo 2 horas", es mucho más fácil notar mejoras. Porque si tienes dos horas y te sientas en la batería sin más, es muy complicado que consigas algo de provecho. Pero sí sabes lo que tienes que conseguir desde un principio, lo más normal es que no te levantes hasta que te salga.



Ahora la clave es: ¿qué pasaría si pudieras invertir muchísimo esfuerzo y a la vez una cantidad inmensa de tiempo en lo que quieres mejorar? Muchas veces nos convencen de que es una maraton y no un sprint, de que mejor calidad que cantidad... sinceramente, mi opinión es que la gente que llega lejos en lo suyo es porque le ha dedicado muchas horas, y también porque ha sido inteligente con su tiempo, no lo ha malgastado en tonterías y se ha esforzado todo lo que ha podido cuando ha podido. Elegir echarle más tiempo o más ganas unicamente no creo que te acerque a esos grandes objetivos a largo plazo. Es la combinación de esfuerzo y horas lo que te acerca a conseguir el éxito que persigues.





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